Volvemos a salir a recorrer el río Esgueva. Esta vez desde el cole hasta salir de la ciudad, buscando un río más natural.
Al principio nos encontramos, otra vez, con un cauce de hormigón y sin apenas plantas y animales. Sólo algunos patos y gallinetas… Pero todo cambia cuando seguimos avanzando y nos encontramos con un río Esgueva “más salvaje”, sin hormigón y con un montón de vegetación. Ahora sí que empezamos a ver un río de verdad. Encontramos plantas, escuchamos el canto de aves como el ruiseñor, vemos nidos en los árboles….
Y como era de esperar, si hay flores… ¡hay insectos polinizadores!